Las posturas forzadas generadas en la ejecución del trabajo, pueden producir trastornos musculoesqueléticos en diferentes regiones anatómicas: cuello, hombros, columna vertebral, extremidades superiores e inferiores... teniendo incidencia -en mayor o menor grado en una gran variedad de ocupaciones o tareas laborales; su adecuado tratamiento en las evaluaciones de riesgos deriva no solo de esta diversidad de imposible enumeración cerrada sino de las consecuencias que se pueden derivar para la salud del trabajador (desde una primera etapa de cansancio durante las horas de trabajo hasta la aparición de trastornos crónicos que impiden realizar tareas de ningún tipo).
1) Indicadores de la posible existencia del riesgo derivado de posturas forzadas en el trabajo. Podríamos hablar de dos tipos de indicadores. Así, hablariamos de indicadores "laborales" e indicadores "médicos", principalmente.
Indicadores laborales: existen numerosas actividades en las que el trabajador puede adoptar posturas forzadas, siendo comunes en trabajos en bipedestación o sedestación prolongadas. Sin pretensión de hacer una lista cerrada de ocupaciones o tareas laborales, las que deben tenerse en cuenta son: administrativos en general, dependientes de comercio, mecanicos montadores, puestos en cintas transportadoras, acarreo y coiocación de materiales, cocineros, camareros, cirujanos, A.T.S y auxiliares, limpieza, fontaneros, agricultores, pintores, fontaneros, albanilería en general, vigilantes... entre otras.
Indicadores médicos: en este aspecto, es importante tener en cuenta que las moléstias musculoesqueléticas por posturas forzadas en el trabajo son de aparición lenta, por lo que se suele ignorar el sintoma hasta que se hace crónico y aparece el daño permanente.
2) Necesidad de la evaluación de riesgos sobre factores ergonómicos y contenido mínimo exigible en la detección de posturas forzadas. En principio, si partimos de la presencia en los puestos de trabajo del riesgo de lesiones por posturas forzadas de acuerdo con los indicadores laborales y médicos citados, deberá tenerse en cuenta:
En concreto, la evaluación habría de definir los diferentes tipos de tareas realizadas en el puesto de trabaio específico, considerando que a mayor precisión de dichas tareas corresponderá una mayor posibilidad en la apreciación de la presencia de posturas forzadas.
Se habrá de tener en cuenta que a mayor exactitud y detalle de la evaluación en la explicación de las tareas que se realizan en un puesto de trabajo se generará una mayor precisión a la hora de detectar posturas forzadas que requieran de medidas correctoras.
Posteriormente, lla evaluación de riesgos -partiendo de la postura más difícil desarrollada en cada tarea- habría de hacer referencia a aspectos relevantes como la parte del cuerpo implicada, frecuencia dei movimiento (n° de repeticiones por minuto u hora), angulo -de flexión, extensión, inclinación...... de la
artículación implicada en la postura o la fuerza empleada en la ejecución de la tarea.
Este conjunto de datos para la medición de la carga de trabajo puede ser obtenido por observación o bien por mediciones directas con aparatos de precisión (goniómetros, inclinómetros, dispositivos optoelectrónicos...). Tener en cuenta que la elección de un método u otro para la toma de datos dependerá de los recursos disponibles y de la precisión requerida por la evaluación. Así los métodos basados en la observación del técnico, aunque mucho menos precisos que los basados en mediciones biomecánicas o fisiológicas, permiten el análisis más rápido de la situación y por tanto la aplicación en plazo más breve de las medidas correctoras propuestas para la eliminación del riesgo.
Para apreciar la adecuación del método utilizado por el servido de prevención para la evaluación y análisis de las posturas forzadas -no existiendo en la normativa la indicación de ninguno concreto que deba emplearse-, nosr emitimos a los métodos descritos documentalmente de mayor fiabilidad en cuanto a su resultado.
El factor común de los métodos existentes para el tratamiento de este aspecto es la evaluación global del riesgo tendente a fijar un concreto "nível de riesgo" para cada postura estudiada. A su vez, la determinación del nivel de riesgo se corresponderá en la evaluación de riesgos con un nivel de acción para la aplicación más o menos inmediata de medidas correctoras en el puesto de trabajo (sobre el mobiliário, modificación dei método de trabajo, etc...) así como con la periodicidad del examen médico específico dei sistema osteomuscular del trabajador expuesto.

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